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Solo el cielo nos separa
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Solo el cielo nos separa
Para ti Karla Valeria, primero que nada por ser una excelente amiga, y por dejarme usar tu nombre para el personaje principal…
¡te quiero!
¡te quiero!
Capitulo único: ¨ Solo el cielo nos separa ¨
En tierras lejanas tres seres mágicos charlaban misteriosamente.
Uno, era llamado Kraft. De piel morena y ojos rojos destellantes. Kraft era único en su especie, se puede decir que es la única ¨persona humana¨ que habitaba en el cielo.
Otro de los presentes era Terns, un joven demonio de las tinieblas, el mejor en el infierno, el mas despiadado y vil ser.
Por otra parte se encontraba Caleb, un ángel. Sus hermosos ojos azules destellaban en el lugar y su cabello era de una perfecta tonalidad de rubio…
- hay un serio problema en el mundo de los humanos- les comento Kraft
- ¿Qué pasa ahora? - gruñó Terns - esos inútiles no saben controlar sus actos
- ¡Cálmate Terns! - Kraft lo miro enojado y siguió - necesitamos de su ayuda esta vez…
- Estoy a tus ordenes - le dijo un sonriente Caleb
- Gracias, ¿y tu Terns? ¿crees que podrías ayudar una vez mas?
- Dependiendo de que sea Kraft - Terns se puso de pie y camino por toda la habitación pensando en que lío se tendría que meter esta vez
- Necesitamos que bajen al mundo de los humanos y actúen como ellos solo un día
- Ser humano… eso es MUY interesante - murmuro Terns
- ¿Qué tendríamos que hacer allá abajo? - dijo Caleb
- Enamorar a una chica, hacerla creer en ustedes y después hacerla escoger - dijo Kraft
- ¿hacerla escoger entre nosotros? - pregunto el ángel
- Así es - le contesto Kraft
- ¡eso es muy cruel! - le reclamo
- Cálmate Caleb, la decisión que ella tomará es muy importante, por lo tanto tenemos que hacerla escoger a como de lugar - Kraft le dijo esto sonriendo
- ¿Por qué tanta importancia? - dijo Terns
- A quien ella escoja, ese será el futuro del mundo. Por ejemplo si ella te escoge a ti Terns, el mundo será oscuro y terrible para los humanos, pero si escoge a Caleb el mundo tendrá felicidad y paz.
Espero que me escoja a mi pensó Caleb. El ángel se preocupo al instante por esa indefensa chica, que por un día tendría al mundo en sus manos…
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Una chica sonriente, de cabello rojizo caminaba despreocupada por una solitaria calle.
Llevaba la mochila de la escuela en sus hombros y entre sus manos un reproductor de MP3.
Había salido temprano del colegio. Su multitud de amigos estaban reunidos en la cafetería más popular de la ciudad, pero por una extraña razón ella decidió no acompañarlos.
Llego al parque de su vecindario y se sentó en una de las bancas que allí estaban. De su mochila saco uno de sus libros favoritos y se sumergió en sus paginas…
Como la plaza se encontraba sola, se sobresalto al escuchar voces a lo lejos. Miro en esa dirección y observo como dos chicos se acercaban. Ambos la miraban.
Bajo rápidamente la mirada y trato de recordar en que parte de su mochila había dejado su spray de defensa personal. Levanto su rostro y los vio mas cerca. Uno de ellos tenía su cabello negro y usaba una playera roja. El otro, tenia un hermoso cabello rubio, y el usaba una playera blanca. Ambos eran de piel clara y eran sumamente apuestos.
Tres metros, dos metros separados de ella, hasta que levanto su rostro confundido y los vio allí, delante de ella. Esos chicos eran especiales, lo supo al instante. El tenerlos cerca de ella, le daban una sensación extraña a la chica.
- hola - le dijo un sonriente rubio
- Hola… - la chica los miraba con timidez
- Mi nombre es Caleb, y el es Terns, ¿tu como te llamas?
- Valeria
- Lindo nombre - le dijo Terns - ¿podemos hacerte compañía por un rato?
- De acuerdo
La primera impresión es importante. Y la primera impresión que tuvo Valeria fue: el rubio era calido y amigable. Y el otro llamado Terns era un chico coqueto.
- ¿Qué haces sola un 20 de diciembre del 2012? - le pregunto Terns - ¿Que no haz visto los noticieros?
- Si e visto los noticieros y se que mañana esta marcado como ¨el dia en que el mundo se acabarᨠpero me siento un poco mejor el estar aquí sola pensando, que allá en mi casa viendo las catástrofes del mundo entero.
- Te entiendo - le dijo Caleb - de eso es de lo que nosotros escapamos. Espero que no estés molesta por nuestra interrupción a tu soledad - le sonrió
- Descuida, me alegra su compañía
Valeria miro por primera vez a los ojos al chico rubio, Caleb y lo supo al instante… lo amaba. No supo como pudo pasar tan rápido, pero así fue. Su rostro era angelical, perfecto, sus ojos de un azul hipnotizante, pero sobre todo su voz, su voz sonaba como miles de campanillas al viento, era un tipo de sonido que nunca te cansas de escuchar, algo que es agradable para tu bienestar.
Recordó que tenia que respirar justo cuando se le acababa el aire. Ese chico le hacia daño a su corazón… hacia que se acelerara.
Valeria sintió una ráfaga de aire caliente a su lado izquierdo, que era donde se había sentado Terns, pero allí ya no había nadie. Miro confundida a Caleb y el se relajo al darse cuenta que Valeria lo había escogido a el.
- ¿Qué paso con Terns? - Valeria observo que Caleb sonreía
- Decidió irse, aunque no se porque. Valeria, ¿crees en los seres mágicos o algo así…?
Por primera vez en esos minutos que conocía a Caleb, lo vio serio y de verdad interesado en saber la respuesta.
- claro que si - dijo con una sonrisa, y Caleb no pudo contener un suspiro de alivio.
- ¿Te asustarías si supieras que algo mágico ronda al mundo en este momento?
- Si eso mágico es bueno para el mundo, por supuesto que no.
Ambos compartieron una sonrisa. El chico, la miro atentamente, por lo que ella se sonrojo levemente. El supo que algo iba mal, algo que no debía de pasar estaba pasando… esa chica, Valeria, era una persona hermosa. Hermosa en todos los sentidos. Y el estaba enamorado.
Cerró los ojos y trato de aclarar su mente, pero en ella solamente estaba el rostro de Valeria. Eso no debía de pasar. El regresaría en unos cuantos minutos al cielo y no podría volver más, por lo tanto no podía darse el lujo de querer a alguien.
- ¿y si supieras que eso mágico soy yo?
Valeria no sabia a que se refería Caleb con eso. Lo miro atentamente. Vio como su perfecta boca se abría y articulaba otra pregunta.
- ¿estas enamorada de mi? - Caleb la miro de nuevo a los ojos y le sonrió. Valeria, ante esa sonrisa, no pensó en el qué dirán y respondió sin dudarlo
- Si
Caleb se sintió devastado, devastado porque el también la amaba, sin embargo no podría estar con ella.
Tenia que acabar ya con esto. Tenia que hacer que Valeria escogiera rápidamente para que su corazón ya no sufriera.
Caleb se volteo un poco para estar enfrente de ella, para así poder observarla bien. Y decidió decirle toda la verdad.
- el mundo acabara mañana. Eso esta escrito, sin embargo hay decisiones que tomamos que pueden ayudar a que todo mejore - Caleb la miraba a los ojos y ella escuchaba atenta.
- Hoy es el penúltimo día de mi vida. Mañana moriré, por lo tanto tengo la dicha de haberme enamorado antes de morir…
- ¡no morirás Valeria! Tu puedes cambiar el futuro. Te pido que no te asustes, pero es tiempo que te diga la verdad. Yo, soy el representante del cielo. El representante de la felicidad y la paz. Y tu me haz escogido por sobre Terns… yo soy un ángel.
Valeria lo miro maravillada, dichosa y feliz. No se había equivocado, ese chico era especial, único.
La chica estiro su mano y tomo el rostro de Caleb, paso sus dedos entre el rubio cabello del chico y observo sus hermosos ojos.
Caleb disfrutaba de su calido tacto. De esa energía que siempre irradiaba un cuerpo humano, disfrutaba de verla a los ojos, y estaba feliz de saber que un pedazo de su muerto corazón estaría en la tierra junto con ella.
Ambos iban uniendo sus rostros cada vez más.
Caleb sentía el aliento caliente de Valeria sobre su rostro, y ella, ella solo se dejaba llevar.
Un centímetro, solo eso faltaba para que juntaran sus rostros cuando el cielo se aclaró inesperadamente.
Valeria se quedo perpleja cuando vio que Caleb empezaba a brillar. Brillaba como un sol blanco, un blanco que cegaba.
Caleb apenas pudo dedicarle un - Te amo - cuando poco a poco se fue elevando del suelo.
El cielo se notaba despejado y ahora se iluminaba por Caleb que subió hasta lo alto, pero nunca dejo de observar a Valeria. La amaba, y le dolía verla lejos de él.´
Valeria no pudo mas. Su llanto surgió como un manantial desesperado. Sus lágrimas caían por sus mejillas y de su boca solo salía una palabra… ¨Caleb¨
De pronto la luz cegadora el cielo se apago y todo volvió a ser como antes. Solo había una diferencia. Aquella calle había estado sola en un principio, pero ahora había una chica arrodillada en el pavimento llorando por un amor ahora lejano.
Todo empeoró cuando una intensa lluvia cayó.
Valeria recordó que su abuela le decía que la lluvia eran lágrimas de ángeles, y que significaban felicidad…
En ese momento Valeria no lo quería creer.
Sus lágrimas se mezclaron con la lluvia. Sus lágrimas se mezclaron con las de Caleb…
Solo el cielo nos separa amor pensó Valeria, y en ese momento supo que no seria la ultima vez que vería a su ángel. A su Caleb.
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